domingo, enero 07, 2007

En la sombra.


Lo veo todas las mañanas al volver del trabajo. Sumido en la sombra. Escondido por el frio en éstos dias.

Al salir del parking tal como cierro el coche y automáticamente me viene a la cabeza el saber que me lo encontraré a la vuelta de la esquina.

Nunca hablamos, al princípio ni nos mirábamos. Pero parece que la relación vá a más.

Pienso en su vida. Un buen madrugón, quizás un mal trabajo y la familia lejos. Todo por un sueldo no muy decente.

Pienso en lo que le pasa por la cabeza al verme, habitualmente, pasar por su lado.

Como una antorcha en la oscuridad veo sus ojos destellantes que me anuncian la inmediata llegada a mi casa. Como la meta a una carrera. Y a su vez, el pistoletazo de salida a su jornada laboral.

Quizás se pregunte también por mí. Donde vá alguien recogiéndose a esas horas. Vaya trabajo debe de tener. Quizás no se le pase por la cabeza, pero a mí si.

Pienso en su familia, en sus hijos, si los tiene, en lo que recibirá por los mencionados madrugones y en su difícil vida social rodeada de ojos que, bien dicho, no le quitan ojo.

Pienso en cual será su nombre, su nacionalidad e incluso su voz.

Sólamente le deseo lo mejor, porque aunque nuestra relación vá a más, a veces suelto un tímido "buenos dias", no intercambiamos palabras. Hay dias que ni miradas.



1 comentario:

A. J. Zaragoza. dijo...

Qué difícil tiene que ser eso de estar en otro país, con otro idioma, con otra cultura, y sentirte extraño además de extranjero.

Menos mal que hay gente como Tú que comprende, entiende y hasta intenta hacer que todo sea más normal. Como debería ser.

Sólo alguien que quiere una vida mejor.