sábado, marzo 31, 2018

Mente inquieta ?

Siempre me ha gustado leerme.
Ahora que ha pasado un tiempo, en algunas entradas años, quizás por esta lo hayan pasado también. Ahora que me leo.
Ahora que lees.
Siempre te ha gustado leerte.
Te das cuenta que no ha cambiado tanto tu forma de pensar.
Has vivido y sobrevivido a situaciones, imprevistos y nuevos estados en tu vida.
Sigues pensando igual a pesar de todo ello. Pero creo que sólo en tu persona sigues teniendo los mismos valores.
Valores que has ido acrecentando.
Las amistades, cada vez más escasas pero fuertes.
Las que has añadido, alguna de ellas laborales han propiciado y dado la razón a éste pensar.
Me hace feliz tal afirmación, yo soy el que lo afirmo y es fácil entonces llegar a esa conclusión.
Y a eso voy a una conclusión.
Nada efímera, sino resolutiva, contundente y salomónica.
Y ahí está la clave.
Porque leyéndome, me encomiendo al comienzo del presente post.
El buscar esa férrea conclusión me aterroriza y más aún me llena de rubor.
No me adulo, intento ser objetivo aunque yo no sea un tribunal justo.
Así que no me gustaría catalogar tal blog.
Dejémoslo en un espacio para plasmar mis inquietudes y pensamientos para mi propio deleite en el futuro, como mínimo.
Dejémoslo ahí, en nada efímero. Pero ambiguo.
No te maltrates lector, no te catalogues.
Haz como siempre déjalo ir.

En nueva vida ( Corazón abandonado )

Ni sé en lo que medir mi tiempo aquí.
Han sido muchos años, eso está claro.
Pero bien merecería hacerlo en segundos porque representaría mejor lo interminable que ha sido. Agónico.
Bien sé que han sido años.
Han pasado multitud de entradas de sol, mínimas a través de la cortina.
He podido memorizar ese haz de luz proyectado en el suelo, anteponiéndome hacia donde se va a dirigir a cada momento. Sabiendo su movimiento.
Pocas cosas más puedo decir de mi estancia.
Muy pocas veces se rompía el silencio.
Hasta hoy, mil vidas después pero hasta hoy.
Quizás lo inerte, quizás lo estático de la naturaleza, quizás sólo el polvo, habían intentado hacerme olvidar lo sentido, lo que puedo sentir.
Lo vuelvo a sentir, lo vuelvo a vivir.
Vuelvo a saltar, a subir y bajar, a volar.
Vuelvo a escuchar risas y lloros.
Que mil años dure, que mil vendrán más.
Ahora ese rayo de luz no va al suelo, ahora el sol se proyecta en mí.
Dentro de mí.

jueves, marzo 22, 2018

Sin cables ( The Script )

Estamos conectados.
Vivimos en interacción con nuestra familia, amigos, trabajo, negocios y una inmesidad de acciones.
La red cumple en breve 40 años, aunque aquí la empezamos, yo mismo, hace casi 20. Que ya es tiempo.
No puedo negar ni reniego del uso para el que ha sido dispuesta.
La he usado mayormente para el ocio, y me ha sacado de varios apuros burocráticos.
Me ha ayudado a cultivarme intelectualmente, consultando en fuentes fidedignas, algunas preguntas que los libros, por bagueza, me dejaron sin conocer.
Como yo millones de personas se han servido de sus posibilidades, algunos con mi afán y otros con cualquiera de ellos con miras más altas. Espero que así haya sido en medicina, ciencia y demás.
Pero imaginemos un mundo sin la web.
Imaginemos que para hablar con un amigo hubiera que llamarlo como mínimo.
¿ O el mínimo sería encontrarse con un café en la mesa para hablar o debatir algo ?
Un mundo donde no hubiera smartphones y por lo tanto niños y adolescentes junto con sus padres que anduvieran en la calle.
Por lo tanto sin redes sociales, donde la solicitud de amistad fuera de boca a boca.
Imaginemos en resumen una vida de contacto. De persona a persona, de piel a piel.
No, no estás equivocado.
Esa vida la tuvimos 20 años hacia atrás.

miércoles, marzo 14, 2018

Madre del TODO.

En estos días, así en estos días.
Todos reunidos alrededor de la mesa.
La comida, la celebración, la fiesta es la escusa.
Unos comen, otros celebran, y aquellos festejan.
Nosotros comíamos, corríamos, saltábamos.
La escusa era perfecta, todo ahora era perfecto.
Juntos.
Ahora muchos años después la fotografía se repite.
Todos reunidos alrededor de lo que simboliza aquella mesa. Añorada mesa.
No hay hambre, no hay nada que celebrar ni festejar.
Nosotros con el estómago encogido, vacío, inmóviles, estáticos.
No quedan escusas, ahora lo perfecto no es escusa.
Quien llenaba aquella habitación, quien simbolizaba el momento es ahora aquella mesa.
Esa mesa la ocupas tú.
Te echaremos de menos Encarna.
Madre del TODO.

Edito.
Fuerzas Fer.
Alrededor de esa mesa también lo estoy yo.