Estamos conectados.
Vivimos en interacción con nuestra familia, amigos, trabajo, negocios y una inmesidad de acciones.
La red cumple en breve 40 años, aunque aquí la empezamos, yo mismo, hace casi 20. Que ya es tiempo.
No puedo negar ni reniego del uso para el que ha sido dispuesta.
La he usado mayormente para el ocio, y me ha sacado de varios apuros burocráticos.
Me ha ayudado a cultivarme intelectualmente, consultando en fuentes fidedignas, algunas preguntas que los libros, por bagueza, me dejaron sin conocer.
Como yo millones de personas se han servido de sus posibilidades, algunos con mi afán y otros con cualquiera de ellos con miras más altas. Espero que así haya sido en medicina, ciencia y demás.
Pero imaginemos un mundo sin la web.
Imaginemos que para hablar con un amigo hubiera que llamarlo como mínimo.
¿ O el mínimo sería encontrarse con un café en la mesa para hablar o debatir algo ?
Un mundo donde no hubiera smartphones y por lo tanto niños y adolescentes junto con sus padres que anduvieran en la calle.
Por lo tanto sin redes sociales, donde la solicitud de amistad fuera de boca a boca.
Imaginemos en resumen una vida de contacto. De persona a persona, de piel a piel.
No, no estás equivocado.
Esa vida la tuvimos 20 años hacia atrás.
jueves, marzo 22, 2018
Sin cables ( The Script )
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