Siempre me ha gustado leerme.
Ahora que ha pasado un tiempo, en algunas entradas años, quizás por esta lo hayan pasado también. Ahora que me leo.
Ahora que lees.
Siempre te ha gustado leerte.
Te das cuenta que no ha cambiado tanto tu forma de pensar.
Has vivido y sobrevivido a situaciones, imprevistos y nuevos estados en tu vida.
Sigues pensando igual a pesar de todo ello. Pero creo que sólo en tu persona sigues teniendo los mismos valores.
Valores que has ido acrecentando.
Las amistades, cada vez más escasas pero fuertes.
Las que has añadido, alguna de ellas laborales han propiciado y dado la razón a éste pensar.
Me hace feliz tal afirmación, yo soy el que lo afirmo y es fácil entonces llegar a esa conclusión.
Y a eso voy a una conclusión.
Nada efímera, sino resolutiva, contundente y salomónica.
Y ahí está la clave.
Porque leyéndome, me encomiendo al comienzo del presente post.
El buscar esa férrea conclusión me aterroriza y más aún me llena de rubor.
No me adulo, intento ser objetivo aunque yo no sea un tribunal justo.
Así que no me gustaría catalogar tal blog.
Dejémoslo en un espacio para plasmar mis inquietudes y pensamientos para mi propio deleite en el futuro, como mínimo.
Dejémoslo ahí, en nada efímero. Pero ambiguo.
No te maltrates lector, no te catalogues.
Haz como siempre déjalo ir.
sábado, marzo 31, 2018
Mente inquieta ?
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